Talált 453 Eredmények: justicia divina

  • Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él. (Mateo 21, 32)

  • «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. (Mateo 23, 23)

  • en santidad y justicia delante de él todos nuestros días. (Lucas 1, 75)

  • Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo de Juan. (Lucas 7, 29)

  • Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. (Lucas 11, 42)

  • Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme justicia contra mi adversario!" (Lucas 18, 3)

  • como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme."» (Lucas 18, 5)

  • y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar? (Lucas 18, 7)

  • Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?» (Lucas 18, 8)

  • y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; (Juan 16, 8)

  • en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; (Juan 16, 10)

  • En su humillación le fue negada la justicia; ¿quién podrá contar su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.» (Hechos 8, 33)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina