Talált 123 Eredmények: llama

  • Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses - ante tu faz los montes se derretirían, (Isaías 63, 19)

  • ¿En cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta Casa que se llama por mi Nombre? ¡Que bien visto lo tengo! - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 7, 11)

  • yo haré con la Casa que se llama por mi Nombre, en la que confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo, (Jeremías 7, 14)

  • ¿Por qué has de ser como un pasmado, como un valiente incapaz de ayudar? Pues tú estás entre nosotros, Yahveh, y por tu Nombre se nos llama, ¡no te deshagas de nosotros! (Jeremías 14, 9)

  • Vosotros os habéis convertido hoy y habéis hecho lo que es recto a mis ojos proclamando manumisión general, y llegando a un acuerdo en mi presencia, en la Casa que se llama por mi Nombre; (Jeremías 34, 15)

  • A la sombra de Jesbón se pararon sin fuerza los fugitivos, cuando fuego salió de Jesbón y llama de la casa de Sijón, y devoró las sienes de Moab y el cráneo de los hijos del ruido. (Jeremías 48, 45)

  • Su Redentor esforzado, Yahveh Sebaot se llama. El tomará la defensa de su causa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a los habitantes de Babilonia. (Jeremías 50, 34)

  • el que envía la luz, y ella va, el que llama, y temblorosa le obedece; (Baruc 3, 33)

  • los llama él y dicen: ¡Aquí estamos!, y brillan alegres para su Hacedor. (Baruc 3, 35)

  • Dirás al bosque del Négueb: Escucha la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo te prendo fuego, que devorará todo árbol verde y todo árbol seco; será una llama que no se apagará, y arderá todo, desde el Négueb hasta el Norte. (Ezequiel 21, 3)

  • tanto que la llama se elevaba por encima del horno hasta cuarenta y nueve codos, (Daniel 3, 47)

  • Pero el ángel del Señor bajó al horno junto a Azarías y sus compañeros, empujó fuera del horno la llama de fuego, (Daniel 3, 49)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina