Talált 458 Eredmények: muerte

  • La muerte de nuestros hermanos, la deportación de esta tierra y la devastación de nuestra heredad, caerá sobre nuestras cabezas, en medio de las naciones en que estemos como esclavos y seremos para nuestros amos escarnio y mofa, (Judit 8, 22)

  • Por eso entregaste sus jefes a la muerte y su lecho, rojo de vergüenza por su engaño, lo dejaste engañado hasta la sangre. Castigaste a los esclavos con los príncipes, a los príncipes con los siervos. (Judit 9, 3)

  • Pero precisamente para que mi señor no se vea rechazado y con las manos vacías, la muerte va a caer sobre sus cabezas. Han caído en un pecado con el que provocan la cólera de su Dios cada vez que cometen tal desorden. (Judit 11, 11)

  • «Pero antes, traed aquí a Ajior el ammonita, para que vea y reconozca al que despreciaba a la casa de Israel, al que le envió a nosotros como destinado a la muerte.» (Judit 14, 5)

  • Nadie ya atemorizó a los israelitas mientras vivió Judit, ni en mucho tiempo después de su muerte. (Judit 16, 25)

  • «Todos los servidores del rey y todos los habitantes de las provincias del rey saben que todo hombre o mujer que se presente al rey, en el patio interior, sin haber sido llamado, es condenado a muerte por el edicto, salvo aquel sobre quien el rey extienda su cetro de oro; y hace ya treinta días que yo no he sido llamada a presencia del rey.» (Ester 4, 11)

  • Todo Israel clamaba con todas sus fuerzas, pues tenían la muerte ante los ojos. (Ester 13, 18)

  • «Acuérdate, le mandó a decir, de cuando eras pequeña y recibías el alimento de mi mano. Porque Amán, el segundo después del rey, ha sentenciado nuestra muerte. (Ester 15, 2)

  • Ora al Señor, habla al rey en favor nuestro y libranos de la muerte.» (Ester 15, 3)

  • Comenzó pidiéndonos, con toda suerte de falaces argumentos, la muerte de Mardoqueo, nuestro salvador y bienhechor continuo, la de Ester, irreprochable compañera de nuestro reino, y la de todo su pueblo, (Ester 16, 13)

  • a los que ansían la muerte que no llega y excavan en su búsqueda más que por un tesoro, (Job 3, 21)

  • Durante el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra, del alcance de la espada. (Job 5, 20)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina