Talált 458 Eredmények: muerte

  • Porque, cuando estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, excitadas por la ley, obraban en nuestros miembros, a fin de que produjéramos frutos de muerte. (Romanos 7, 5)

  • y yo morí; y resultó que el precepto, dado para vida, me fue para muerte. (Romanos 7, 10)

  • Luego ¿se habrá convertido lo bueno en muerte para mí? ¡De ningún modo! Sino que el pecado, para aparecer como tal, se sirvió de una cosa buena, para procurarme la muerte, a fin de que el pecado ejerciera todo su poder de pecado por medio del precepto. (Romanos 7, 13)

  • ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? (Romanos 7, 24)

  • Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8, 2)

  • Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, (Romanos 8, 6)

  • Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades (Romanos 8, 38)

  • ¡Señor!, han dado muerte a tus profetas; han derribado tus altares; y he quedado yo solo y acechan contra mi vida. (Romanos 11, 3)

  • ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; (I Corintios 3, 22)

  • Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. (I Corintios 4, 9)

  • Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. (I Corintios 11, 26)

  • Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. (I Corintios 15, 21)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina