Talált 106 Eredmények: resistencia al trabajo

  • le ofrecieron resistencia armada, y tuvo que salir huyendo y marcharse de allí con gran tristeza para volverse a Babilonia. (I Macabeos 6, 4)

  • El rey Demetrio, viendo que el país estaba en calma bajo su mando y que nada le ofrecía resistencia, licenció todas sus tropas mandando a cada uno a su lugar, excepto las tropas extranjeras que había reclutado en las islas de las naciones. Todas las tropas que había recibido de sus padres se enemistaron con él. (I Macabeos 11, 38)

  • La bendición de Yahveh es la que enriquece, y nada le añade el trabajo a que obliga. (Proverbios 10, 22)

  • Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia. (Proverbios 14, 23)

  • El que es perezoso en el trabajo, es hermano del que destruye. (Proverbios 18, 9)

  • El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos rehúsan el trabajo. (Proverbios 21, 25)

  • Tet. Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara. (Proverbios 31, 18)

  • ¿Quién sabe si será sabio o necio? El se hará dueño de todo mi trabajo, lo que realicé con fatiga y sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 19)

  • Cohélet trabajó mucho en inventar frases felices, y escribir bien sentencias verídicas. (Eclesiastés 12, 10)

  • Con los restos de su trabajo se prepara la comida que le deja satisfecho. (Sabiduría 13, 12)

  • y para sus ganancias y empresas, para el exito en el trabajo de sus manos, al ser más desmañado le pide destreza. (Sabiduría 13, 19)

  • A nosotros no nos extraviaron las creaciones humanas de un arte perverso, ni el inútil trabajo de los pintores, figuras embadurnadas de colores abigarrados, (Sabiduría 15, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina