Talált 82 Eredmények: Cara

  • Como el viento solano, los dispersaré ante el enemigo. Les daré las espaldas, y no la cara, el día de su desastre". (Jeremías 18, 17)

  • y Sedecías, rey de Judá, no escapará de las manos de los caldeos, sino que caerá sin remedio en manos del rey de Babilonia, que podrá hablar con él cara a cara y sus ojos verán los ojos de él, (Jeremías 32, 4)

  • La espalda me han dado, y no la cara; y mientras yo trataba de instruirlos y educarlos con constancia y sin cesar, no han querido escuchar ni aceptar la lección. (Jeremías 32, 33)

  • Y tú no podrás escapar ante él. Serás hecho prisionero y caerás en sus manos; te llevarán a su presencia, él te hablará cara a cara, y después irás a Babilonia. (Jeremías 34, 3)

  • por más que estén vestidos de púrpura. Tienen que limpiarles también la cara del polvo del templo que se acumula en ellos. (Baruc 6, 11)

  • En cuanto a su semblante, presentaban cara humana, pero los cuatro tenían cara de león a la derecha, cara de toro a la izquierda y los cuatro también cara de águila. (Ezequiel 1, 10)

  • Hijos de cara dura y corazón de piedra son aquellos a quienes yo te envío. Les dirás: Esto dice el Señor Dios. (Ezequiel 2, 4)

  • Pero mira, yo te doy una cara dura como la suya, una frente dura como la suya; (Ezequiel 3, 8)

  • A su vista, cargarás el equipaje a la espalda y partirás con la cara cubierta para no ver la tierra, pues te he puesto como símbolo para la casa de Israel". (Ezequiel 12, 6)

  • Hasta el rey, que se sienta en medio de ellos, se cargará el equipaje a las espaldas, saldrá en la oscuridad de la noche por una brecha que abrirán en el muro para sacarlo fuera y se tapará la cara para no ver su país con sus propios ojos. (Ezequiel 12, 12)

  • Os conduciré al desierto de los pueblos, y allí cara a cara os juzgaré. (Ezequiel 20, 35)

  • una cara de hombre vuelta hacia una palmera y una cara de león hacia la otra, representados todo alrededor del templo. (Ezequiel 41, 19)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina