Talált 112 Eredmények: Cayó

  • Pero Jehú había echado ya mano a su arco e hirió a Jorán por la espalda, de suerte que la saeta le salió por el corazón, y cayó desplomado en su carro. (II Reyes 9, 24)

  • Por aquel tiempo, Ezequías cayó gravemente enfermo; Isaías, hijo de Amós, el profeta, se presentó a él y le dijo: "Esto dice el Señor: Arregla los asuntos de tu casa, porque vas a morir; no curarás". (II Reyes 20, 1)

  • El peso de la batalla cayó sobre Saúl; los arqueros lo alcanzaron y fue mal herido. (I Crónicas 10, 3)

  • Éstos huyeron ante Israel y David les mató siete mil caballos de tiro y cuarenta mil hombres. Cayó también Sofac, el general. (I Crónicas 19, 18)

  • La primera suerte cayó sobre Yehoyarib, la segunda sobre Yedayas, (I Crónicas 24, 7)

  • Siguiendo sus consejos, fue con Jorán, hijo de Ajab, rey de Israel, a luchar contra Jazael, rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde cayó herido Jorán, (II Crónicas 22, 5)

  • Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a imágenes de Aserá y a otros ídolos. Esto provocó la cólera divina, que cayó sobre Judá y Jerusalén. (II Crónicas 24, 18)

  • En aquellos días Ezequías cayó mortalmente enfermo. Rogó al Señor, que escuchó su oración y se curó milagrosamente. (II Crónicas 32, 24)

  • Pero Ezequías se arrepintió de su soberbia y con él todos los habitantes de Jerusalén, por lo que la ira del Señor no cayó sobre ellos en vida de Ezequías. (II Crónicas 32, 26)

  • Mira, hijo mío, lo que hizo Nadab con Ajicar, que lo había criado: lo enterró vivo. Pero Dios castigó su injusticia: Ajicar volvió a la luz, mientras que Nadab bajó a las tinieblas eternas por haber intentado matarlo. Ajicar se libró de la muerte tramada por Nadab por dar limosna, mientras que Nadab cayó en el lazo y pereció. (Tobías 14, 10)

  • Llamaron a Ajior, que estaba en casa de Ozías. Cuando llegó y vio la cabeza de Holofernes en manos de un hombre de los de la asamblea del pueblo, cayó al suelo sin sentido. (Judit 14, 6)

  • Su jefe no cayó a manos de jóvenes, ni lo hirieron titanes, ni lo atacaron gigantes. ¡Fue Judit, hija de Merarí! Ella lo desarmó con su hermosura. (Judit 16, 6)


“A meditação não é um meio para chegar a Deus, mas um fim. A finalidade da meditação é o amor a Deus e ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina