Talált 1764 Eredmények: Israel

  • Pero Israel ha rechazado el bien, y el enemigo lo persigue. (Oseas 8, 3)

  • De Israel procede, un artista lo ha fabricado; no, no es Dios. Pero el becerro de Samaría quedará hecho astillas. (Oseas 8, 6)

  • Israel está engullido; vedlo ya entre las naciones como vasija de desecho. (Oseas 8, 8)

  • Israel, olvidando a su hacedor, se ha edificado palacios, y Judá ha multiplicado las ciudades fuertes. Pero yo prenderé fuego a sus ciudades, que devorará sus palacios. (Oseas 8, 14)

  • No te alegres, Israel, no te regocijes como los gentiles, pues tú te has prostituido abandonando a tu Dios; has amado el salario de la prostitución en todas las eras de grano. (Oseas 9, 1)

  • Ha llegado la hora del castigo, ha llegado la hora de la paga merecida; que lo sea Israel: el profeta es un necio, un loco el hombre inspirado, por tu gran crimen, por tu gran rebelión. (Oseas 9, 7)

  • Como uva en el desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal Fegor se consagraron a la infamia, y se hicieron despreciables como el objeto de su amor. (Oseas 9, 10)

  • Israel es una vid frondosa de generoso fruto; cuanto más abundaba su fruto, más multiplicaba sus altares; cuanto más producía la tierra, más hermosas hacía las estelas. (Oseas 10, 1)

  • Él también será llevado a Asiria como presente para el gran rey; Efraín recogerá vergüenza, e Israel se cubrirá de confusión por su ídolo. (Oseas 10, 6)

  • Los santuarios de las colinas del crimen serán destruidos, los pecados de Israel; espigas y abrojos crecerán en sus altares. Dirán a los montes: "¡Cubridnos!", y a las colinas: "¡Caed sobre nosotros!". (Oseas 10, 8)

  • Desde los días de Guibeá has pecado, Israel. ¡No han cambiado! ¿No alcanzará la guerra en Guibeá a estos malvados? (Oseas 10, 9)

  • Efraín es una novilla doméstica que gusta de la trilla en la era. Yo pondré el yugo sobre su hermoso cuello, y la unciré al carro; Israel tendrá que arar, y Jacob rastrillar. (Oseas 10, 11)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina