Talált 778 Eredmények: Judá

  • Así hacíais vosotros con las hijas de Israel, y ellas accedían por miedo a vuestros deseos; pero una hija de Judá no ha soportado vuestra iniquidad. (Daniel 13, 57)

  • Palabra del Señor que fue dirigida a Oseas, hijo de Beerí, en tiempo de Ozías, Yotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, en los días de Joás, rey de Israel. (Oseas 1, 1)

  • Me compadeceré, en cambio, de la casa de Judá; los salvaré por medio del Señor, su Dios, y no por medio de arco, espada o lanza, o con caballos y jinetes". (Oseas 1, 7)

  • Si tú, Israel, te prostituyes, que al menos Judá no se haga culpable. Por tanto, no vayáis a Guilgal, no subáis a Bet-Avén, no juréis más así: "Vive Dios". (Oseas 4, 15)

  • La arrogancia de Israel testifica contra él, la iniquidad de Efraín le hace vacilar, y Judá caerá también con ellos. (Oseas 5, 5)

  • Los jefes de Judá se han vuelto como los que desplazan los linderos, y sobre ellos derramaré a raudales mi furor. (Oseas 5, 10)

  • Yo seré como polilla para Efraín, como carcoma para la casa de Judá. (Oseas 5, 12)

  • Efraín ha visto su enfermedad y Judá su llaga. Efraín ha acudido a Asiria y ha enviado mensajeros al gran rey; pero éste no podrá sanaros, ni curará vuestra llaga. (Oseas 5, 13)

  • Porque yo soy como un león para Efraín, como un leoncillo para la casa de Judá. Yo, yo mismo hago presa y me voy; me la llevo y nadie me la arranca. (Oseas 5, 14)

  • ¿Cómo he de tratarte, Efraín? ¿Cómo he de tratarte, Judá? Vuestro amor es como nubecilla matinal, como el rocío que se esfuma presto. (Oseas 6, 4)

  • También para ti, Judá, hay preparada una cosecha cuando cambie la suerte de mi pueblo. (Oseas 6, 11)

  • Israel, olvidando a su hacedor, se ha edificado palacios, y Judá ha multiplicado las ciudades fuertes. Pero yo prenderé fuego a sus ciudades, que devorará sus palacios. (Oseas 8, 14)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina