Talált 126 Eredmények: Nación

  • Destacó en ella soldados judíos, la fortificó para seguridad de la nación y de la ciudad y levantó las murallas de Jerusalén. (I Macabeos 14, 37)

  • que fuera su general, que se preocupara del templo, de la administración de la nación, de los armamentos y de las fortificaciones; (I Macabeos 14, 42)

  • que administrara el templo, que se hiciera obedecer por todos, que todos los documentos de la nación fueran realizados en su nombre y que vistiera la púrpura y llevara ornamentos de oro. (I Macabeos 14, 43)

  • No será permitido a ninguno del pueblo y de los sacerdotes rechazar ninguno de estos puntos, ni contradecir las órdenes que dé, ni reunirse en la nación sin su consentimiento, ni vestir la púrpura o llevar el broche de oro. (I Macabeos 14, 44)

  • Antíoco, hijo del rey Demetrio, envió desde las islas del mar a Simón, sumo sacerdote y jefe de los judíos, y a toda la nación (I Macabeos 15, 1)

  • la siguiente carta: "El rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote y jefe, y a la nación judía, salud. (I Macabeos 15, 2)

  • Te autorizo a acuñar moneda para tu nación. (I Macabeos 15, 6)

  • y cuando me haya posesionado de mi reino te llenaré de honores a ti, a tu nación y al templo, de modo que vuestra gloria se manifieste en toda la tierra". (I Macabeos 15, 9)

  • Hombre orgulloso, quería ser jefe de la nación y conspiraba contra Simón y sus hijos. (I Macabeos 16, 13)

  • Menelao siguió en el poder, sostenido por la avaricia de los poderosos gobernantes, cada vez más criminal, convertido en tirano de los de su nación. (II Macabeos 4, 50)

  • Entonces Jasón hizo una matanza sin compasión en sus propios conciudadanos, olvidándose de que las victorias contra los de su propia nación son la mayor derrota; parecía que él no triunfaba de sus conciudadanos, sino de sus enemigos. (II Macabeos 5, 6)

  • Y así murió, dejando no sólo a los jóvenes, sino a la mayor parte de la nación un ejemplo de nobleza y un monumento de virtud y fortaleza con su muerte. (II Macabeos 6, 31)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina