Talált 56 Eredmények: Siquiera

  • no los provoquéis, pues yo no os daré nada de su tierra, ni siquiera lo que ocupa la planta de un pie. La montaña de Seír la he dado yo en posesión a Esaú. (Deuteronomio 2, 5)

  • Nadie tomará en prenda las dos piezas de su molino, ni siquiera la piedra superior, pues sería tomar en prenda la vida. (Deuteronomio 24, 6)

  • Si éste fuere pobre, no retendrás contigo la prenda ni siquiera una noche, (Deuteronomio 24, 12)

  • Azufre, sal, tierra quemada, eso es toda su tierra. No se podrá sembrar, nada en ella germinará, ni siquiera una hierba crecerá en ella; la catástrofe será semejante a la de Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboyín, que el Señor destruyó llevado de su ira y su furor. (Deuteronomio 29, 22)

  • Yo ya me voy a morir. Reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las promesas que el Señor, vuestro Dios, os había hecho, ha caído en el vacío; todas se han cumplido puntualmente; ni una siquiera cayó en el vacío. (Josué 23, 14)

  • Me ha pedido que la deje espigar detrás de los segadores, y desde que entró en el campo ha estado, desde esta mañana hasta ahora, sin descansar ni siquiera un instante". (Rut 2, 7)

  • Rut dijo: "Has sido muy amable conmigo, señor; me has consolado y me has hablado al corazón, aunque yo no soy ni siquiera como una de tus criadas". (Rut 2, 13)

  • y el cadáver de Jezabel será como estiércol en el campo, en la heredad de Yezrael, de modo que ni siquiera se podrá decir: Ésta es Jezabel". (II Reyes 9, 37)

  • Dios dijo a Salomón: "Puesto que éste ha sido tu deseo y no has pedido ni riquezas, ni hacienda, ni fama, ni siquiera larga vida, sino que has pedido sabiduría e inteligencia para gobernar a mi pueblo, sobre el que te he constituido rey, (II Crónicas 1, 11)

  • ¿hemos de volver a violar tus mandamientos uniéndonos con estas gentes abominables? ¿No te irritarías entonces contra nosotros hasta exterminarnos, sin dejar siquiera este pequeño resto? (Esdras 9, 14)

  • Y yo, mis hermanos, mis gentes y los hombres de guardia que me seguían ni siquiera nos desvestíamos; cada uno dormía con el arma en la mano. (Nehemías 4, 17)

  • Ni siquiera entonces tú, en tu inmensa bondad, los abandonaste en el desierto: no se apartó de ellos la nube que durante el día los guiaba en su camino, ni la columna de fuego que por la noche alumbraba su ruta. (Nehemías 9, 19)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina