Talált 162 Eredmények: animales salvajes

  • Dios dijo: "Produzca la tierra animales vivientes según su especie: ganados, reptiles y bestias salvajes según su especie". Y así fue. (Génesis 1, 24)

  • Dios los bendijo y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y cuantos animales se mueven sobre la tierra". (Génesis 1, 28)

  • A todos los animales del campo, a las aves del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser viviente, yo doy para comida todo herbaje verde". Y así fue. (Génesis 1, 30)

  • El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, ya que el nombre que él les diera, ése sería su nombre. (Génesis 2, 19)

  • La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Es cierto que os ha dicho Dios: No comáis de ningún árbol del jardín?". (Génesis 3, 1)

  • dijo: "Exterminaré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, hombres y animales, reptiles y aves del cielo, todo lo exterminaré, pues me pesa haberlos hecho". (Génesis 6, 7)

  • De cada especie de aves, de animales y de reptiles entrará contigo una pareja, para salvaguardar la vida. (Génesis 6, 20)

  • De todos los animales puros toma siete parejas, machos y hembras, y de los impuros toma sólo una pareja, macho y hembra; (Génesis 7, 2)

  • Los animales puros e impuros, las aves y los reptiles, (Génesis 7, 8)

  • Y con ellos, todas las especies de bestias salvajes, ganados, reptiles y aves. (Génesis 7, 14)

  • Perecieron todos los seres vivientes que se mueven en la tierra, aves, ganados, bestias salvajes y toda la humanidad; (Génesis 7, 21)

  • Todos los seres vivientes sobre la superficie de la tierra fueron exterminados; hombres y bestias salvajes, reptiles y aves del cielo desaparecieron de la tierra. Únicamente quedó Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina