Talált 51 Eredmények: banquete

  • El rey y Amán llegaron al banquete de Ester. (Ester 7, 1)

  • El rey, furibundo, se levantó del banquete, y se fue al jardín de palacio; entretanto Amán, comprendiendo que su ruina estaba decretada, se quedó para implorar a Ester por su vida. (Ester 7, 7)

  • Cuando el rey volvió del jardín a la sala del banquete, encontró a Amán reclinado sobre el diván en el que estaba reclinada Ester, y gritó: "¿También quieres violentar a la reina delante de mí, en mi palacio?". Al terminar de pronunciar estas palabras, taparon el rostro de Amán, y (Ester 7, 8)

  • Esto sucedió el trece del mes de adar; el catorce descansaron, y fue para ellos día de banquete y alegría. (Ester 9, 17)

  • Los judíos de Susa se habían reunido el trece y el catorce, descansando el quince, que fue para ellos día de banquete y alegría. (Ester 9, 18)

  • Por eso los judíos de las provincias celebran el catorce del mes de adar como día de banquete y alegría, y se intercambian regalos. (Ester 9, 19)

  • como días en que los judíos se deshicieron de sus enemigos, y mes en que la tristeza se convirtió en alegría y el luto en regocijo. Estos dos días debían convertirse en días de banquete y alegría, haciéndose regalos unos a otros y dando donativos a los pobres. (Ester 9, 22)

  • Todos sus hermanos, hermanas y antiguos conocidos fueron a visitarle; celebraron un banquete con él en su casa, lo compadecieron y consolaron por todo el mal que el Señor había descargado sobre él, y cada uno le regaló una moneda de plata y un anillo de oro. (Job 42, 11)

  • me saciaré como en banquete espléndido, mi boca te alabará con labios jubilosos. (Salmos 63, 6)

  • El hijo de Abubos los recibió hipócritamente en una pequeña fortaleza llamada Doc, que él había construido. Les dio un gran banquete, pero puso hombres al acecho. (I Macabeos 16, 15)

  • Como aquel que quiere preparar un banquete y contentar a otros se impone una tarea nada fácil, nosotros, para complacer a otros, soportaremos con gusto esta fatiga. (II Macabeos 2, 27)

  • Los que estaban al frente del banquete sacrílego, llevados de la antigua amistad que con él tenían, le tomaron aparte y le instaban a que se hiciera llevar manjares permitidos, preparados por él mismo, a fin de simular que había comido de los manjares de los sacrificios, según el edicto del rey. (II Macabeos 6, 21)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina