Talált 143 Eredmények: bienes

  • La mujer agraciada es la gloria de su marido, pero es trono de deshonra la mujer que odia la justicia. Los perezosos carecen de bienes, pero los decididos adquieren riquezas. (Proverbios 11, 16)

  • Hay quien se las da de rico y no tiene nada, hay quien se las da de pobre teniendo grandes bienes. (Proverbios 13, 7)

  • con la ciencia se llenan los graneros de todos los bienes preciosos y deseables. (Proverbios 24, 4)

  • El que con usura e intereses aumenta sus bienes los acumula para el que tiene piedad de los pobres. (Proverbios 28, 8)

  • Cuando los bienes aumentan, aumentan los parásitos; y ¿qué ventaja saca el propietario? Verlos con sus ojos. (Eclesiastés 5, 10)

  • Gocemos, pues, de los bienes existentes, usemos de la creación como en la juventud, apresuradamente. (Sabiduría 2, 6)

  • Me vinieron con ella todos los bienes, pues ella tenía en sus manos una riqueza incalculable. (Sabiduría 7, 11)

  • Yo me gozo de todos estos bienes porque es la sabiduría quien los dirige, pero ignoraba que fuese ella la madre de todos. (Sabiduría 7, 12)

  • ¡con cuánta mayor consideración castigaría a tus hijos, pues con juramentos y pactos prometiste a sus padres grandes bienes! (Sabiduría 12, 21)

  • Torpes por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios y por los bienes visibles no lograron conocer al que existe, ni considerando sus obras reconocieron al artífice de ellas, (Sabiduría 13, 1)

  • Pero luego, al pedirle por sus bienes, por casamientos y por sus hijos, no se avergüenza de hablar con un trasto sin vida. Pide la salud a una cosa que no tiene fuerza alguna, (Sabiduría 13, 17)

  • Los hijos santos de los justos ofrecían sacrificios en secreto, y de común acuerdo establecieron el pacto divino de que los santos compartiesen igualmente bienes y peligros, cantando antes las alabanzas de los padres. (Sabiduría 18, 9)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina