Talált 538 Eredmények: camino abierto

  • Entonces Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo en el camino Saulo había visto al Señor, que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado públicamente en el nombre de Jesús. (Hechos 9, 27)

  • vio el cielo abierto y un objeto a modo de un gran lienzo, que colgado de las cuatro puntas descendía hacia la tierra; (Hechos 10, 11)

  • Cuando llegaron, reunieron a la Iglesia y contaron todo lo que había hecho Dios por medio de ellos, y cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe. (Hechos 14, 27)

  • Iba detrás de Pablo y de nosotros gritando: "Estos hombres son siervos del Dios altísimo, y os anuncian el camino de la salvación". (Hechos 16, 17)

  • Había sido instruido en el camino del Señor. Lleno de entusiasmo, hablaba y enseñaba con bastante exactitud lo referente a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan. (Hechos 18, 25)

  • Él se puso a hablar con toda libertad en la sinagoga. Mas cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo llevaron aparte y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios. (Hechos 18, 26)

  • Pero como algunos se obstinaban en no creer y desacreditaban el camino del Señor ante la gente, se apartó de ellos, hizo un grupo aparte con los discípulos y se puso a enseñar diariamente en la escuela de Tirano. (Hechos 19, 9)

  • Por entonces se produjo un gran motín a propósito del nuevo camino del Señor. (Hechos 19, 23)

  • yo he perseguido a muerte este nuevo camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y a mujeres, (Hechos 22, 4)

  • Y me dijo: Ponte en camino, que te voy a enviar a pueblos más lejanos". (Hechos 22, 21)

  • Pero te confieso que, conforme al nuevo camino, que ellos llaman secta, sirvo al Dios de nuestros padres, creyendo en todo lo que está escrito en la ley y en los profetas; (Hechos 24, 14)

  • Félix, que sabía detalladamente las cosas referentes al nuevo camino, les dio largas diciendo: "Cuando venga el comandante Lisias examinaré a fondo vuestra causa". (Hechos 24, 22)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina