Talált 500 Eredmények: camino

  • Los nobles de Siquén pusieron emboscadas sobre las cumbres de las montañas y asaltaban a todos los que pasaban por el camino. Y Abimelec se enteró de esto. (Jueces 9, 25)

  • Gaal insistió: "Unos bajan por el ombligo de la tierra y otro bando viene por el camino de la encina de los adivinos". (Jueces 9, 37)

  • Después de algún tiempo volvió para casarse con ella; se desvió de su camino para ver el cadáver del león, y vio en los huesos del león un enjambre de abejas con miel. (Jueces 14, 8)

  • Sacó el panal con la mano y se fue comiendo la miel por el camino. Cuando alcanzó a sus padres, les dio y comieron; pero no les dijo que lo había cogido de la osamenta del león. (Jueces 14, 9)

  • Micá le preguntó: "¿De dónde vienes?". Él le respondió: "Soy un levita de Belén de Judá, y voy de camino para establecerme donde pueda". (Jueces 17, 9)

  • Ellos respondieron: "Hemos ido y recorrido la región hasta Lais. ¡Ánimo! Vamos a atacarlos, porque hemos visto que la tierra es muy buena. No dudéis en poneros en camino para conquistar aquella tierra. (Jueces 18, 9)

  • Y los de Dan siguieron su camino. Micá, viendo que eran más fuertes, se dio la vuelta y volvió a su casa. (Jueces 18, 26)

  • Pasaron de largo y continuaron su camino. Llegaron a Guibeá de Benjamín a la puesta del sol, (Jueces 19, 14)

  • Su marido se levantó, abrió la puerta de la casa para salir y continuar su camino, cuando vio a su concubina caída a la entrada de la casa con las manos en el umbral. (Jueces 19, 27)

  • Él le dijo: "Levántate y vámonos". Ella no respondió. Entonces la cargó sobre su asno y se puso en camino para ir a su casa. (Jueces 19, 28)

  • huyeron por el camino del desierto, pero los que venían de la ciudad los alcanzaron y los mataron; (Jueces 20, 42)

  • Después dijeron: "Está cerca la fiesta del Señor que se celebra todos los años en Silo, ciudad situada al norte de Betel, al oriente del camino que sube de Betel a Siquén y al sur de Leboná". (Jueces 21, 19)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina