Talált 97 Eredmények: cometido

  • Encendido en indignación, quitó inmediatamente la púrpura a Andrónico e hizo que le rasgaran las vestiduras y lo llevaran por toda la ciudad hasta el lugar donde había cometido el crimen contra Onías. Allí mismo mandó matar al asesino; Dios le dio así el castigo merecido. (II Macabeos 4, 38)

  • Castigo justísimo. Él había cometido muchos delitos contra el altar, cuyo fuego y ceniza son santos. Y en la ceniza encontró la muerte. (II Macabeos 13, 8)

  • Se gozan cumpliendo su mandato, se hallan preparados para su cometido y en su obrar no traspasan sus órdenes. (Eclesiástico 39, 31)

  • Doble iniquidad ha cometido mi pueblo: me han abandonado a mí, la fuente de agua viva para excavarse aljibes, aljibes agrietados, que no retienen agua. (Jeremías 2, 13)

  • Y con la vergüenza de su prostitución ha profanado la tierra; ha cometido adulterio con la piedra y con el leño. (Jeremías 3, 9)

  • ¿Qué viene a hacer mi amada en mi casa, tras haber cometido tantas iniquidades? ¿Crees que los votos y las carnes sagradas alejarán de ti la desgracia y podrás escapar? (Jeremías 11, 15)

  • Y cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas y te pregunten: ¿Por qué ha decretado el Señor contra nosotros esta gran calamidad? ¿Cuál es nuestro crimen y qué falta hemos cometido contra el Señor nuestro Dios? (Jeremías 16, 10)

  • Por eso dice el Señor: "Preguntad a las naciones. ¿Quién oyó cosas semejantes? Un crimen horrible ha cometido la virgen de Israel. (Jeremías 18, 13)

  • a causa de todas las iniquidades que el pueblo de Israel y el pueblo de Judá han cometido para irritarme, ellos y sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 32, 32)

  • Los purificaré de todos los crímenes que han cometido contra mí, les perdonaré todos los crímenes con los que me ofendieron y me despreciaron. (Jeremías 33, 8)

  • Luego Jeremías dijo al rey Sedecías: "¿Qué mal he cometido contra ti, contra tus servidores o contra este pueblo, para que me hayáis metido en la cárcel? (Jeremías 37, 18)

  • El Señor no podía soportar más la maldad de vuestras acciones y las monstruosidades que habéis cometido; por eso vuestro país ha quedado convertido en un desierto, objeto de horror y execración, sin ningún habitante, como sucede actualmente. (Jeremías 44, 22)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina