Talált 959 Eredmények: lista de siervos del templo

  • Aquel día dijo David: "El que quiera derrotar al jebuseo, que entre por el canal. En cuanto a los cojos y a los ciegos, son enemigos de David". Por eso se dice: "Los ciegos y los cojos no entrarán en el templo del Señor". (II Samuel 5, 8)

  • Él me construirá un templo y yo consolidaré su trono para siempre. (II Samuel 7, 13)

  • Entonces Janún agarró a los siervos de David, les cortó la mitad de la barba y los vestidos por la mitad, a la altura de las nalgas, y los despachó. (II Samuel 10, 4)

  • pero los arqueros tiraron sobre tus siervos desde lo alto de los muros y murieron muchos siervos del rey, y tu siervo Urías, el hitita, murió también". (II Samuel 11, 24)

  • Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó, cambió sus ropas, entró en el templo y adoró al Señor. Volvió a su casa, pidió que le sirviesen de comer y comió. (II Samuel 12, 20)

  • Entonces dijo a sus siervos: "Conocéis el campo de Joab, que está junto al mío y en el que tiene cebada; id y prendedle fuego". Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo. (II Samuel 14, 30)

  • Entonces Joab se presentó a Absalón en su casa y le dijo: "¿Por qué tus siervos han prendido fuego a mi campo?". (II Samuel 14, 31)

  • Joab se presentó al rey, en su casa, y le dijo: "Hoy cubres de vergüenza a tus siervos, que han salvado hoy tu vida, la vida de tus hijos y de tus hijas, la de tus mujeres y tus concubinas, (II Samuel 19, 6)

  • Llevaba consigo mil hombres de Benjamín. Sibá, el servidor de la casa de Saúl, con sus quince hijos y veinte siervos, se adelantaron al rey en el Jordán, (II Samuel 19, 18)

  • Clamé al Señor en mi angustia, hacia mi Dios alcé mi grito: y él escuchó mi voz desde su templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (II Samuel 22, 7)

  • ¿Salió, tal vez, de mi señor, el rey, la orden de hacer esto, sin haber notificado a tus siervos quién se había de sentar sobre el trono de mi señor, el rey, después de él?". (I Reyes 1, 27)

  • Salomón emparentó con el Faraón, rey de Egipto, casándose con una hija suya. La llevó a la ciudad de David, hasta que acabase de edificar su palacio, el templo del Señor y las murallas en torno a Jerusalén. (I Reyes 3, 1)


“Seria mais fácil a Terra existir sem o sol do que sem a santa Missa!” São Padre Pio de Pietrelcina