Talált 244 Eredmények: lluvia de piedras

  • Edón comerciaba contigo por la multitud de tus productos; pagaba tus artículos con piedras preciosas, púrpura, recamados, lino fino, corales y rubíes. (Ezequiel 27, 16)

  • Los mercaderes de Sabá y Ramá cambiaban tus artículos por los más exquisitos aromas, por oro y toda clase de piedras preciosas. (Ezequiel 27, 22)

  • En Edén, jardín de Dios, vivías. Innumerables piedras preciosas adornaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda; de oro era el borde de tu manto, de oro las incrustaduras, todo a punto desde el día en que fuiste creado. (Ezequiel 28, 13)

  • Haré con él justicia mandándole peste y sangre; haré caer una lluvia torrencial, con granizo, fuego y azufre sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que lo acompañan. (Ezequiel 38, 23)

  • Lluvia y rocío, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente. (Daniel 3, 64)

  • En su lugar venerará al dios de las fortalezas; honrará con oro, plata, piedras preciosas y joyas a un dios a quien sus padres no conocieron. (Daniel 11, 38)

  • Esforcémonos en conocer al Señor. Es cierta como la aurora su venida: vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia de primavera que fecunda la tierra. (Oseas 6, 3)

  • Galaad es sólo mentira. En Guilgal inmolan toros; por eso sus altares serán reducidos a montones de piedras sobre los surcos de los campos. (Oseas 12, 12)

  • Y vosotros, gentes de Sión, alegraos y regocijaos en el Señor, vuestro Dios, porque él os da la lluvia de otoño con justa medida, hace caer sobre vosotros la lluvia de otoño y la de primavera como anteriormente. (Joel 2, 23)

  • También os negué la lluvia los tres meses antes de la siega, e hice llover sobre una ciudad y sobre otra no; en un campo llovió y otro campo se secó por falta de lluvia. (Amós 4, 7)

  • Haré de Samaría un montón de piedras en el campo, un lugar para plantar viñas. Haré rodar sus piedras en el valle, pondré al desnudo sus cimientos. (Miqueas 1, 6)

  • Y el resto de Jacob será, en medio de la multitud de los pueblos, como rocío que viene del Señor, como lluvia sobre la hierba, que no aguarda a los hombres ni espera nada de los mortales. (Miqueas 5, 6)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina