Talált 356 Eredmények: número de levitas

  • No confíes en su vida ni te apoyes en su número, porque es mejor uno que mil, y morir sin hijos que tenerlos malos. (Eclesiástico 16, 3)

  • Le señaló un número preciso de días y tiempo fijo, y le dio poder sobre los seres que en ella existen. (Eclesiástico 17, 2)

  • Dichoso el marido de una mujer buena; el número de sus días se duplicará. (Eclesiástico 26, 1)

  • La buena vida dura sólo cierto número de días, pero el buen nombre permanece para siempre. (Eclesiástico 41, 13)

  • con piedras preciosas talladas como sello, engastadas en oro, obra de joyero; para memorial, una inscripción grabada, según el número de las tribus de Israel. (Eclesiástico 45, 11)

  • Él trajo sobre ellos el hambre, y en su celo los redujo a un pequeño número. (Eclesiástico 48, 2)

  • y lo que quede del número de los valientes arqueros de Quedar no será casi nada, porque el Señor, Dios de Israel, ha hablado. (Isaías 21, 17)

  • ¡Ay de los que bajan a Egipto en busca de ayuda!; de los que confían en caballos y ponen su esperanza en el número de sus carros y en la fuerza de sus jinetes, pero no han puesto sus ojos en el Santo de Israel ni han consultado al Señor. (Isaías 31, 1)

  • Esto me ha dicho el Señor: Como el león o el cachorro ruge sobre su presa, y al acosarle el tropel de los pastores no se asusta de sus gritos ni se acobarda por su número, así el Señor todopoderoso bajará a pelear en el monte Sión y en su colina. (Isaías 31, 4)

  • Y de entre ellos tomaré también para mí sacerdotes y levitas -dice el Señor-. (Isaías 66, 21)

  • casaos y engendrad hijos e hijas, tomad mujer para vuestros hijos, casad a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas, multiplicaos ahí, no disminuya vuestro número. (Jeremías 29, 6)

  • así como tampoco les faltarán a los sacerdotes levitas descendientes que vengan ante mí a ofrecerme holocaustos, a quemar ofrendas y a celebrar sacrificios diariamente. (Jeremías 33, 18)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina