Talált 258 Eredmények: ofrenda de alimentos

  • Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto, el cual debe ser presentado en la puerta de la tienda de la reunión, para que el Señor lo acepte. (Levítico 1, 3)

  • Lavará con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor. (Levítico 1, 9)

  • Si su ofrenda es un holocausto de ganado menor, ovejas o cabras, ofrecerá un macho sin defecto. (Levítico 1, 10)

  • Lavará con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor. (Levítico 1, 13)

  • Si su ofrenda al Señor es un holocausto de aves, ofrecerá tórtolas o pichones. (Levítico 1, 14)

  • Partirá el animal en dos mitades, un ala por cada lado, sin separarlas totalmente, y el sacerdote lo quemará sobre la leña que arde encima del fuego que está sobre el altar: es un holocausto, una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor. (Levítico 1, 17)

  • Cuando alguien quiera hacer una ofrenda al Señor, será de flor de harina, sobre la cual derramará aceite y pondrá incienso. (Levítico 2, 1)

  • La presentará a los hijos de Aarón, los sacerdotes; tomará un puñado de flor de harina con aceite y todo el incienso, y el sacerdote lo quemará sobre el altar como memorial. Es una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor. (Levítico 2, 2)

  • El resto de la ofrenda será para Aarón y sus hijos, como parte santa de la ofrenda quemada en honor del Señor. (Levítico 2, 3)

  • Cuando quieras hacer una ofrenda de pasta cocida en el horno, será de flor de harina en forma de hogazas, sin levadura, amasadas en aceite, u hojaldres sin levadura empapados en aceite. (Levítico 2, 4)

  • Si tu ofrenda está asada en la plancha, será de flor de harina amasada con aceite, sin levadura. (Levítico 2, 5)

  • La dividirás en trozos y derramarás aceite encima: es una ofrenda. (Levítico 2, 6)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina