Talált 258 Eredmények: ofrenda de alimentos

  • ¡Ciegos! ¿Qué es más? ¿La ofrenda o el altar que santifica a la ofrenda? (Mateo 23, 19)

  • "Mira, no se lo digas a nadie; pero anda, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés para que les conste tu curación". (Marcos 1, 44)

  • Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y luego va a parar al retrete". (Así declaraba que todos los alimentos eran puros). (Marcos 7, 19)

  • Y él contestaba: "El que tenga dos túnicas reparta con el que no tiene ninguna, y el que tiene alimentos que haga igual". (Lucas 3, 11)

  • Y le ordenó: "No se lo digas a nadie; pero, anda, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés para que les conste tu curación". (Lucas 5, 14)

  • Pero Jesús les dijo: "Dadles vosotros de comer". Ellos le dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos peces. ¡A no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta gente!". (Lucas 9, 13)

  • Al día siguiente Pablo tomó consigo a los hombres, se purificó con ellos y entró en el templo para fijar la fecha en la que terminaban los días de la purificación y en la que sería presentada la ofrenda por cada uno de ellos. (Hechos 21, 26)

  • No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todos los alimentos son puros, pero no se debe comer algo que escandalice a los demás. (Romanos 14, 20)

  • de ser ministro de Cristo Jesús entre los paganos; mi tarea sagrada consiste en anunciar el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los paganos sea agradable a Dios, consagrada por el Espíritu Santo. (Romanos 15, 16)

  • Vivid en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros a Dios como ofrenda y sacrificio de olor agradable. (Efesios 5, 2)

  • Y aunque tuviera que derramar mi sangre como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me gozo y congratulo con todos vosotros. (Filipenses 2, 17)

  • Tengo lo que podía necesitar, y más todavía; tengo de sobra después de haber recibido de Epafrodito vuestros socorros, ofrenda de suave olor, sacrificio grato, agradable a Dios. (Filipenses 4, 18)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina