Talált 473 Eredmények: padres

  • Porque vienen días -dice el Señor- en que haré volver a los desterrados de mi pueblo, Israel y Judá -dice el Señor-; los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán". (Jeremías 30, 3)

  • En aquellos días no se dirá ya: "Los padres comieron agraces, y los dientes de los hijos sufren la dentera", (Jeremías 31, 29)

  • No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué del país de Egipto, alianza que ellos violaron, por lo cual los rechacé -dice el Señor-. (Jeremías 31, 32)

  • Tú otorgas tu favor a millares de generaciones y castigas la iniquidad de los padres tan sólo en los hijos que vienen después de ellos, Dios grande y poderoso, que te llamas "el Señor todopoderoso", (Jeremías 32, 18)

  • Y les diste este país, conforme habías jurado a sus padres, tierra que mana leche y miel. (Jeremías 32, 22)

  • "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Yo hice tomar este compromiso a vuestros padres el día en que los saqué de Egipto, de la casa de la esclavitud: (Jeremías 34, 13)

  • Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará libre a su hermano hebreo que le haya sido vendido; estará a tu servicio seis años y luego lo dejarás en libertad. Pero vuestros padres no escucharon ni hicieron caso. (Jeremías 34, 14)

  • Os he mandado repetidamente, sin cansarme, a mis siervos los profetas para avisaros: Convertíos cada uno de su perverso camino, enmendad vuestra conducta, no vayáis tras dioses extraños, no los adoréis, y de esta forma podréis vivir en la tierra que yo os di a vosotros y a vuestros padres. Pero no habéis obedecido ni me habéis hecho caso. (Jeremías 35, 15)

  • a causa del mal que cometieron para irritarme, quemando incienso y sirviendo a dioses extraños, desconocidos de ellos, de vosotros y de vuestros padres. (Jeremías 44, 3)

  • ¿Habéis olvidado acaso las maldades de vuestros padres, las maldades de los reyes de Judá y las de sus mujeres, vuestras propias maldades y las de vuestras mujeres cometidas en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? (Jeremías 44, 9)

  • Y, sin embargo, hoy es el día en que todavía no han sentido arrepentimiento ni temor alguno, ni han procedido con arreglo a mi ley y mis preceptos, que yo promulgué a vosotros y a vuestros padres. (Jeremías 44, 10)

  • sino que haremos decididamente todo lo que nos hemos propuesto: quemar incienso y hacer ofrendas de vino a la reina del cielo, tal como hemos hecho nosotros y como hicieron nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces tuvimos pan hasta hartarnos, éramos felices y no veíamos desventuras. (Jeremías 44, 17)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina