Talált 158 Eredmények: perdonar enemigo

  • ¿No es una pena indecible cuando un compañero o amigo se torna enemigo? (Eclesiástico 37, 2)

  • cesará la envidia de Efraín, serán exterminados los enemigos de Judá; Efraín no envidiará más a Judá, y Judá ya no será enemigo de Efraín, (Isaías 11, 13)

  • Pero ellos se rebelaron contra él y afligieron su santo espíritu. Entonces él se hizo su enemigo, y peleó contra ellos. (Isaías 63, 10)

  • No salgáis a los campos, no andéis por los caminos; pues allí está la espada del enemigo, terror por todas partes. (Jeremías 6, 25)

  • El Señor ha dicho: ¿No te había yo empujado hacia el bien? ¿No he hecho yo que el enemigo te suplicase en el tiempo de la desgracia y de la angustia? (Jeremías 15, 11)

  • Como el viento solano, los dispersaré ante el enemigo. Les daré las espaldas, y no la cara, el día de su desastre". (Jeremías 18, 17)

  • "Consulta al Señor acerca de nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos hace la guerra. Tal vez el Señor renueve en favor nuestro todas sus maravillas y nuestro enemigo se aleje de nosotros". (Jeremías 21, 2)

  • Todos tus amantes te han olvidado, ya no se interesan por ti. Sí, yo te he herido como hiere un enemigo, con castigo cruel, por tus innumerables crímenes, por tus pecados incontables. (Jeremías 30, 14)

  • Esto dice el Señor: Deja de lamentarte, seca el llanto de tus ojos, porque hay compensación para tu pena: volverán del país enemigo. (Jeremías 31, 16)

  • Esto dice el Señor: Mirad, voy a entregar al faraón Ofrá, rey de Egipto, en manos de sus enemigos, de los que andan buscando su muerte, de la misma manera que entregué a Sedecías, rey de Judá, en manos de su enemigo Nabucodonosor, rey de Babilonia, que buscaba su muerte". (Jeremías 44, 30)

  • Pues esto dice el Señor: El enemigo planea como un águila y despliega sus alas sobre Moab. (Jeremías 48, 40)

  • Jerusalén se acuerda de sus días de miseria y de aflicción; cuando caía su pueblo en manos del enemigo sin que ninguno le ayudara; sus adversarios la miraban y se reían de su ruina. (Lamentaciones 1, 7)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina