Talált 158 Eredmények: perdonar enemigo

  • Samuel respondió: "¿Por qué me consultas, si el Señor se ha retirado de ti y se ha hecho tu enemigo? (I Samuel 28, 16)

  • Llevaron la cabeza de Isbaal a David, a Hebrón, y dijeron al rey: "Aquí tienes la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, que buscaba tu ruina. El Señor ha vengado hoy a mi señor, el rey, de Saúl y de su descendencia". (II Samuel 4, 8)

  • Gad se presentó a David y le dijo: "¿Quieres que venga un hambre de tres años en tu país, o que tengas que huir durante tres meses ante tu enemigo que te perseguirá, o que haya tres días de peste en tu país? Elige y dime qué debo decir al que me envía". (II Samuel 24, 13)

  • Pero ahora el Señor, mi Dios, me ha permitido vivir en paz sin ningún enemigo y ninguna adversidad. (I Reyes 5, 18)

  • Cuando tu pueblo, Israel, sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte, te confiesa su pecado, te suplica y te ruega en este templo, (I Reyes 8, 33)

  • Cuando en el país haya hambre, peste, tizón, añublo, langosta o pulgón, si el enemigo los asedia en alguna de sus ciudades; en cualquier plaga o enfermedad, (I Reyes 8, 37)

  • Cuando pequen contra ti -pues no hay hombre que no peque-, y tú, irritado contra ellos, los entregues al enemigo, que los llevará cautivos a tierra enemiga, lejana o cercana; (I Reyes 8, 46)

  • El Señor suscitó a Salomón un enemigo en Hadad, un idumeo de la estirpe real de Edón. (I Reyes 11, 14)

  • Dios suscitó también otro enemigo a Salomón en Rezón, hijo de Elyadá, que había huido de su amo Hadadézer, rey de Sobá. (I Reyes 11, 23)

  • fue enemigo de Israel durante todo el reinado de Salomón. Hadad reinó en Edón y fue también enemigo de Salomón. (I Reyes 11, 25)

  • Ajab dijo a Elías: "¿Así que me has sorprendido, enemigo mío?". "Sí, te he sorprendido -respondió Elías-; por haberte prestado a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, (I Reyes 21, 20)

  • y de la sangre inocente que él había derramado hasta llenar Jerusalén. El Señor no quiso perdonar. (II Reyes 24, 4)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina