Talált 52 Eredmények: podrás

  • Podrás exigirlo del extranjero, pero no de tu hermano, al que se lo perdonarás. (Deuteronomio 15, 3)

  • No podrás inmolar la pascua en cualquiera de las ciudades que te haya dado el Señor, tu Dios, (Deuteronomio 16, 5)

  • Solamente podrás destruir y talar los árboles que no dan fruto y servirte de ellos en el asedio contra las ciudades que están en guerra contigo hasta que caigan en tu poder. (Deuteronomio 20, 20)

  • si entre ellos ves una mujer hermosa y te enamoras de ella, podrás casarte con ella (Deuteronomio 21, 11)

  • se quitará el vestido que llevaba cuando fue hecha prisionera, se quedará en tu casa y llorará a sus padres durante un mes; luego podrás acercarte a ella; tú serás su marido y ella tu mujer. (Deuteronomio 21, 13)

  • Cuando entres en la viña de tu prójimo podrás comer uvas hasta hartarte, pero no guardarlas en tu cesta. (Deuteronomio 23, 25)

  • Cuando entres en la mies de tu prójimo podrás tomar espigas con la mano, pero no meter la hoz en la mies de tu prójimo. (Deuteronomio 23, 26)

  • El Señor te herirá con las plagas de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de lo que no podrás curar. (Deuteronomio 28, 27)

  • Tu buey será degollado ante tus propios ojos, y no lo podrás comer; te quitarán tu asno, y no te lo devolverán; tus enemigos se llevarán tus ovejas, y nadie te socorrerá. (Deuteronomio 28, 31)

  • El Señor te herirá de úlcera maligna en tus rodillas y en tus muslos, desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza, y no podrás curar. (Deuteronomio 28, 35)

  • Levántate, convoca al pueblo y diles: Purificaos para mañana, porque esto dice el Señor, Dios de Israel: Tú, Israel, has tomado algo de lo consagrado al exterminio, y mientras no lo destruyas, no podrás resistir a tus enemigos. (Josué 7, 13)

  • que el Señor castigue a Jonatán. Si mi padre ha decidido tu muerte, te lo haré saber confidencialmente y te dejaré marchar. Tú podrás ir sano y salvo, y que el Señor esté contigo como estuvo con mi padre. (I Samuel 20, 13)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina