Talált 326 Eredmények: pueblos
A la voz de tu amenaza huyen los pueblos; al levantarte tú, se dispersan las naciones. (Isaías 33, 3)
Los pueblos quedarán hechos cenizas como espinos cortados, abrasados por el fuego. (Isaías 33, 12)
¡Acercaos, naciones, para oír, estad atentos, pueblos; escucha, tierra, y cuanto encierras, y tú, universo, con todo tu producto! (Isaías 34, 1)
No os engañe Ezequías diciendo: El Señor nos librará. ¿Han librado acaso los dioses de los pueblos a su respectivo país de caer en manos del rey de Asiria? (Isaías 36, 18)
Nada son todos los pueblos ante él, los considera como el vacío y la nada. (Isaías 40, 17)
Islas, guardad silencio ante mí; renovad, pueblos, vuestras fuerzas. Adelantaos para hablar, comparezcamos juntos en juicio. (Isaías 41, 1)
Porque mucho vales a mis ojos, eres precioso y yo te amo. Por eso a cambio tuyo entrego hombres y pueblos por el rescate de tu vida. (Isaías 43, 4)
Congréguense todas las naciones, reúnanse los pueblos. ¿Quién, entre ellos, puede anunciar esto y lo ha proclamado desde antiguo? Presenten sus testigos para justificarse, déjense oír para que digamos: ¡Es verdad! (Isaías 43, 9)
Escuchadme, islas; prestad atención, pueblos lejanos: El Señor me ha llamado desde el vientre de mi madre, desde el seno ha pronunciado mi nombre. (Isaías 49, 1)
Esto dice el Señor Dios: Yo alzaré mi mano hacia las naciones, y hacia los pueblos levantaré mi enseña; ellos traerán a tus hijos en el regazo y llevarán a hombros a tus hijas. (Isaías 49, 22)
Estad atentos, pueblos; naciones, prestadme oídos, porque de mí viene la ley, y mi derecho será la luz de los pueblos. (Isaías 51, 4)
Haré que llegue de repente mi justicia, mi salvación surgirá como la luz. Mi brazo va a juzgar a los pueblos. En mí esperan las islas, y en mi brazo confían. (Isaías 51, 5)