Talált 326 Eredmények: pueblos

  • y vendrás de tu región de los confines del norte, junto con otros pueblos numerosos, todos montados a caballo, una turba innumerable, un ejército poderoso. (Ezequiel 38, 15)

  • Haré con él justicia mandándole peste y sangre; haré caer una lluvia torrencial, con granizo, fuego y azufre sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que lo acompañan. (Ezequiel 38, 23)

  • Así manifestaré mi grandeza y mi santidad, me daré a conocer a los ojos de muchos pueblos y sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 38, 24)

  • Sobre los montes de Israel caerás juntamente con tus huestes y los pueblos que te acompañan, porque te he destinado como pasto a toda clase de aves de rapiña y a las fieras salvajes. (Ezequiel 39, 4)

  • Cuando yo los haga volver de entre las gentes, los recoja de la tierra de sus enemigos y manifieste en ellos mi santidad a los ojos de innumerables pueblos, (Ezequiel 39, 27)

  • Y el pregonero gritó con fuerza: "A vosotros, pueblos, naciones y lenguas, se os hace saber: (Daniel 3, 4)

  • Con tal motivo, en cuanto se oyó sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de instrumentos de música, todos los pueblos, naciones y gentes de todas las lenguas se prosternaron y adoraron la estatua de oro levantada por el rey Nabucodonosor. (Daniel 3, 7)

  • ¡Oh Señor! Somos el más pequeño de los pueblos y estamos humillados en toda la tierra por causa de nuestros pecados. (Daniel 3, 37)

  • "El rey Nabucodonosor a todos los pueblos, naciones y gentes de todas las lenguas que habitan en la tierra: ¡Que vuestra paz sea grande! (Daniel 3, 98)

  • y por este poder que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y se estremecían en su presencia. Él mataba a quien quería, dejaba vivir a quien quería, a quien quería exaltaba y humillaba a quien quería. (Daniel 5, 19)

  • El rey Darío escribió entonces a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: "Vuestra paz sea muy grande. (Daniel 6, 26)

  • Se le dio poder, gloria e imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder era un poder eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás. (Daniel 7, 14)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina