Talált 170 Eredmények: pusieron
Los querubines alzaron entonces sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento al mismo tiempo que ellos, mientras la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto. (Ezequiel 11, 22)
Pero también los hijos se rebelaron contra mí; no caminaron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis leyes, que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados. Entonces pensé derramar sobre ellos mi furor y desfogar mi ira contra ellos en el desierto. (Ezequiel 20, 21)
Yo les pregunté: ¿Qué es el lugar alto donde vosotros vais? Y ellos le pusieron el nombre de colina, hasta el día de hoy. (Ezequiel 20, 29)
Se oía el ruido de una multitud gozosa. Hombres venidos del desierto pusieron brazaletes en sus manos y una corona magnífica en su cabeza. (Ezequiel 23, 42)
Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa. (Ezequiel 37, 10)
Entonces los tres, a coro, se pusieron a cantar, glorificando y bendiciendo a Dios dentro del horno. Decían: (Daniel 3, 51)
De pronto aparecieron los dedos de una mano humana, que se pusieron a escribir, delante del candelabro, en la pared del palacio real. El rey, al ver la mano que escribía, (Daniel 5, 5)
mudó de color y le asaltaron terribles pensamientos; se le relajaron las articulaciones de sus caderas y sus rodillas se pusieron a temblar una contra otra. (Daniel 5, 6)
Por ello los ministros y los sátrapas se pusieron a buscar un pretexto para poder acusar a Daniel de algún asunto de la administración del reino; pero no lograban encontrar ningún motivo de censura o falta alguna, porque él era leal y jamás se le pudo acusar de negligencia ni de culpa alguna. (Daniel 6, 5)
Los dos viejos, en pie en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana. (Daniel 13, 34)
Y el Señor levantó el ánimo de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá; de Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y de todo el resto del pueblo, de tal manera que fueron y se pusieron a la obra en el templo del Señor todopoderoso, su Dios. (Ageo 1, 14)
Estad, pues, atentos de ahora en adelante -a partir del veinticuatro del mes noveno-; desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del Señor, estad atentos: (Ageo 2, 18)