Talált 43 Eredmények: súplica

  • Dios escuchó la súplica de Manóaj, y el ángel del Señor se apareció otra vez a la mujer cuando estaba en el campo; no estaba con ella su marido. (Jueces 13, 9)

  • ya que tú, Señor todopoderoso, Dios de Israel, has prometido a tu siervo que le edificarás una casa; por eso se ha atrevido a dirigirte esta súplica. (II Samuel 7, 27)

  • Atiende, Señor, Dios mío, la oración y la súplica que tu siervo eleva hoy a ti; (I Reyes 8, 28)

  • Cuando tu pueblo, Israel, sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte, te confiesa su pecado, te suplica y te ruega en este templo, (I Reyes 8, 33)

  • toda oración, toda súplica que te dirija cualquier persona o todo tu pueblo Israel, reconociendo cada uno la plaga de su propio corazón y extendiendo sus manos hacia este templo, (I Reyes 8, 38)

  • escucha tú en el cielo su oración y súplica y hazles justicia. (I Reyes 8, 45)

  • escucha tú en el cielo, lugar de tu morada, su oración y súplica; hazles justicia, (I Reyes 8, 49)

  • Al terminar de hacer al Señor esta oración y súplica, Salomón se levantó de delante del altar del Señor, donde estaba arrodillado, y con las manos levantadas hacia el cielo, (I Reyes 8, 54)

  • y le dijo: "He escuchado la oración y súplica que me has hecho; he santificado este templo que has construido para que resida en él mi nombre por siempre y para que en él estén siempre fijos mis ojos y mi corazón. (I Reyes 9, 3)

  • Entonces el rey dijo al hombre de Dios: "¡Por favor! Suplica al Señor, tu Dios, y ruega por mí para que pueda mover mi mano". El hombre de Dios invocó al Señor, y el rey pudo mover la mano, quedando como antes. (I Reyes 13, 6)

  • pues tú mismo, Dios mío, has prometido a tu siervo que le edificarás una casa; por eso se ha atrevido a dirigirte esta súplica. (I Crónicas 17, 25)

  • Atiende, Señor, Dios mío, la oración y la súplica de tu siervo; escucha el grito y la súplica que tu siervo eleva hoy a ti. (II Crónicas 6, 19)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina