Talált 386 Eredmények: sangre

  • ¿cuánto más la sangre de Cristo, que por virtud del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo a Dios como víctima inmaculada, purificará nuestra conciencia de sus obras muertas, para servir al Dios vivo? (Hebreos 9, 14)

  • Por eso, ni siquiera la primera alianza fue inaugurada sin derramamiento de sangre. (Hebreos 9, 18)

  • En efecto, Moisés, después de haber promulgado ante el pueblo todos los mandamientos según estaban escritos en la ley, tomó la sangre de machos cabríos y de becerros, con agua, lana escarlata y el hisopo, y roció con ella el libro mismo y a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)

  • diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que Dios ha establecido para vosotros. (Hebreos 9, 20)

  • Después roció también con sangre la tienda y todos los objetos del culto. (Hebreos 9, 21)

  • Por lo demás, según la ley, casi todo es purificado con la sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón. (Hebreos 9, 22)

  • No para ofrecerse a sí mismo más veces, como lo hace el sumo sacerdote, que entra cada año en el santuario, con sangre ajena; (Hebreos 9, 25)

  • porque es imposible que la sangre de toros y machos cabríos quite los pecados. (Hebreos 10, 4)

  • Así pues, hermanos, puesto que tenemos la gozosa esperanza de entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, (Hebreos 10, 19)

  • ¿de cuánto mayor castigo pensáis vosotros que será digno quien haya pisoteado al Hijo de Dios y haya tratado como cosa profana la sangre de la alianza por la cual fue santificado, y haya ultrajado el Espíritu de la gracia? (Hebreos 10, 29)

  • Por la fe celebró la pascua y roció con sangre las puertas para que el exterminador no tocase a los primogénitos de Israel. (Hebreos 11, 28)

  • Todavía no habéis resistido hasta el derramamiento de sangre en la lucha contra el pecado. (Hebreos 12, 4)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina