Talált 55 Eredmények: sesenta

  • Tobit murió en paz a la edad de ciento doce años y fue dignamente sepultado en Nínive. Tenía sesenta y dos años cuando se quedó ciego. Después de recuperar la vista abundó en bienes e hizo limosnas; continuó alabando a Dios y celebrando su grandeza. (Tobías 14, 2)

  • Al año siguiente, Lisias reclutó sesenta mil hombres de infantería y cinco mil de caballería para luchar contra los judíos. (I Macabeos 4, 28)

  • Ellos le creyeron; pero arrestó a sesenta hombres y los ejecutó en el mismo día, según la palabra de la Escritura: (I Macabeos 7, 16)

  • Además, los sesenta kilos de plata con que se gravaban las entradas del templo quedarán para los sacerdotes que ejercen su ministerio. (I Macabeos 10, 42)

  • Antíoco robó sesenta y un mil kilos de plata del templo, y partió rápidamente para Antioquía, pensando en su orgullo y soñando en su vanagloria que podría navegar por tierra y andar a pie por el mar. (II Macabeos 5, 21)

  • Nicanor se proponía obtener sesenta y ocho mil kilos de plata con la venta de esclavos judíos, para pagar el tributo debido por el rey a los romanos. (II Macabeos 8, 10)

  • Ella: Es la litera de Salomón: sesenta próceres la escoltan, son la flor de Israel. Todos expertos en la espada, veteranos de la guerra; cada uno lleva su espada al flanco, en previsión de sorpresas nocturnas. (Cantar 3, 7)

  • Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, y las doncellas son sin número. (Cantar 6, 8)

  • Entre los ciudadanos hizo prisionero a un eunuco, comisario de los hombres de guerra, y a siete familiares del rey que fueron encontrados en la ciudad; al secretario del jefe del ejército, encargado del reclutamiento, y a sesenta hombres del pueblo que se encontraban en la ciudad. (Jeremías 52, 25)

  • Y recibió el reino Darío el medo, a la edad de sesenta y dos años. (Daniel 6, 1)

  • Sábelo, pues, y entiéndelo bien: Desde que se dio la orden de restaurar Jerusalén hasta que surja un príncipe ungido, habrá siete semanas. Durante sesenta y dos semanas, plaza y muros serán restaurados en medio de la angustia de los tiempos. (Daniel 9, 25)

  • Después de las sesenta y dos semanas, matarán a un ungido inocente. La ciudad y el santuario serán destruidos por un príncipe que ha de venir. Su fin será en un cataclismo, y hasta el final habrá guerra y devastaciones decretadas. (Daniel 9, 26)


“Jesus vê, conhece e pesa todas as suas ações.” São Padre Pio de Pietrelcina