35. Joaquím entregó al Faraón el oro y la plata, pero tuvo que imponer una contribución al país, para pagar la suma reclamada por el Faraón: él exigió de la población, según los recursos de cada uno, la plata y el oro que se debía entregar al faraón Necao.





“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina