21. Pasado este tiempo, cada uno regresó a su herencia. Judit, por su parte, volvió a Betulia y siguió administrando sus bienes. Ella se hizo célebre en su tiempo por todo el país.





“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina