18. Porque no hay nadie en nuestro tiempo, ni hay entre nosotros, en el día de hoy, tribu, ni familia, ni comarca, ni ciudad que adore dioses fabricados por mano de hombre, como sucedía en los tiempos pasados.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina