Daniel, 6

15. Al oír esto, el rey se afligió mucho y se propuso salvar a Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo.

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Daniel 6 es el capítulo que narra la historia de Daniel en The Lions 'Pit. El rey Darío había decretado que nadie podía rezar a ningún Dios o hombre que no sea él mismo, pero Daniel desobedeció esta orden y continuó rezando a Dios como de costumbre. Como resultado, fue arrojado al pozo de los leones, pero Dios lo protegió y sobrevivió. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

Salmo 55:17: "Por la tarde, y por la mañana, y al mediodía, haré mis quejas y lamentaré; y él escuchará mi voz". Este pasaje muestra la importancia de la oración constante, como practicó Daniel, a pesar de que sabía que podía ser condenado a la muerte por ello.

Mateo 6:6: "Pero tú, cuando ores, entras en tu habitación y cierran la puerta, a veces tu padre que está en secreto; y tu padre, que ve en secreto, te recompensará". Jesús enseña aquí sobre la importancia de la oración en secreto, sin preocuparse por la opinión de los demás.

1 Pedro 5:8: "Solía ​​sobria, mira, porque el diablo, tu adversario, camina derretido, bullicioso como un león, buscando a aquellos que pueden tragar". Este pasaje habla sobre el diablo que actúa como un león hambriento, listo para devorar a los que son fieles a Dios, como los leones en la tumba con Daniel.

Hebreos 11:33-34: "Quien, por fe, ganó reinos, practicó justicia, alcanzó promesas, cerró la boca de los leones, borró la fuerza del fuego, escapó del alambre de la espada, de debilidad tomó fuerza, en batalla Si luchaban, sacaron los ejércitos de los extraños ". Este pasaje describe los muchos actos de fe que fueron practicados por los héroes de la fe, como Daniel, que cerró la boca de los leones por su fe en Dios.

Santiago 1:12: "Bendito es el hombre que apoya la tentación; porque cuando se demuestre, recibirá la Corona de la Vida, que el Señor ha prometido a quienes lo aman". Este pasaje alienta a los creyentes a perseverar en medio del juicio y la tribulación, como lo hizo Daniel en el pozo de los leones, recordando que Dios prometió una recompensa a quienes aman y lo sirven fielmente.