5. Pero ¿quién sería capaz de construir un templo digno de él, cuando ni todos los cielos lo pueden contener? ¿Quién soy yo para construir un templo, aunque sea sólo para quemar incienso en su honor?





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina