10. Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí.





“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina