9. Tenía gentes escondidas en su habitación, y le gritó: "¡Sansón, los filisteos!". Él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa quemado, y así no se conoció el secreto de su fuerza.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina