11. Cada mañana y cada tarde ofrecemos a Yavé víctimas consumidas por el fuego y le presentamos el incienso aromático; los panes ofrecidos están sobre la mesa pura y cada tarde se encienden las lámparas del candelabro de oro, pues nosotros guardamos el ritual de Yavé nuestro Dios, en tanto que ustedes lo han abandonado.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina