Fondare 568 Risultati per: Egipto
Por eso nos sobrevinieron calamidades y la maldición que el Señor dijo a su siervo Moisés el día que sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que destila leche y miel. Vivimos entre desgracias hasta el día de hoy. (Baruc 1, 20)
Y ahora, Señor, Dios de Israel, tú que sacaste a tu pueblo de Egipto con firme mano, con señales y milagros, con gran poderío y brazo fuerte, haciendo así famoso tu Nombre hasta el día de hoy, (Baruc 2, 11)
Pero ese príncipe se rebeló contra el rey de Babilonia, envió mensajeros a Egipto para que le dieran caballos y un numeroso ejército. ¿Podrá tener éxito? ¿Podrá escaparse después de haber roto la alianza? (Ezequiel 17, 15)
Pero como las naciones oyeron hablar de él, fue capturado en una fosa y llevado encadenado a Egipto. (Ezequiel 19, 4)
Les dirás esta palabra de Yavé: Hice un juramento a la raza de Jacob, el mismo día que elegí a Israel, me di a conocer a ellos en Egipto y les hice este juramento: Yo, Yavé, seré su Dios. (Ezequiel 20, 5)
Ese día, mano en alto, juré que los haría salir de Egipto a un país que había seleccionado para ellos, un país que mana leche y miel, el más bello de todos los países. (Ezequiel 20, 6)
Les había dicho: Lancen lejos de ustedes esas cosas que los seducen, no se ensucien con los ídolos de Egipto: yo soy Yavé su Dios. (Ezequiel 20, 7)
Pero se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. No arrojaron lejos de sí a esos ídolos que los seducían, no abandonaron a los ídolos de Egipto. Pensé desatar mi cólera en su contra, hacerles sentir mi furor en el país de Egipto. (Ezequiel 20, 8)
Pero no quise que mi nombre fuera profanado en presencia de las naciones en las cuales vivían: al contrario me di a conocer a esas naciones haciéndolos salir del país de Egipto. (Ezequiel 20, 9)
Una vez que salieron de Egipto, los conduje al desierto. (Ezequiel 20, 10)
Los juzgaré, dice Yavé, como juzgué a sus padres en el desierto de Egipto. (Ezequiel 20, 36)
Desde su juventud en Egipto empezaron a prostituirse, metían mano en sus senos y acariciaban su pecho de muchachas. (Ezequiel 23, 3)