Fondare 200 Risultati per: Mañana

  • y los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y tomaba agua del torrente. (1 Reyes 17, 6)

  • Tomaron el novillo, lo prepararon y estuvieron rogando desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «Baal, respóndenos.» Pero no se oyó ni una respuesta, y danzaban junto al altar que habían hecho. (1 Reyes 18, 26)

  • Y Jezabel mandó a decir a Elías: «Que yo muera si mañana a esta hora no te trato como has tratado a los profetas de Baal.» (1 Reyes 19, 2)

  • mañana, a esta hora, te enviaré a algunos de mis servidores, que registrarán tu casa y las casas de tus servidores, tomando todo lo que les guste para llevárselo.» (1 Reyes 20, 6)

  • Por la mañana, a la hora en que se ofrece el sacrificio, el agua vino del camino de Edom y todo el campo se empapó de agua. (2 Reyes 3, 20)

  • Cuando se despertaron por la mañana y vieron brillar el sol sobre las aguas, éstas les parecieron desde lejos como si fueran sangre. (2 Reyes 3, 22)

  • Respondió: «Esa mujer me dijo: Trae a tu hijo para que lo comamos hoy y mañana comeremos el mío. (2 Reyes 6, 28)

  • Eliseo contestó: «Escuchen esta palabra de Yavé: Mañana a esta hora, en la entrada de Samaria, la medida de flor de harina se comprará por una moneda de plata, y la doble medida de cebada por una moneda de plata también.» (2 Reyes 7, 1)

  • Pero pensaron: «No está bien lo que hacemos, hoy es un día de buenas noticias, y si nosotros callamos hasta mañana, tendremos culpa, así que vayamos a anunciarlo a la gente del rey.» (2 Reyes 7, 9)

  • Pues cuando éste había dicho al rey: «Mañana, a estas horas, a la entrada de Samaria, dos medidas de cebada se venderán por un siclo, por un siclo también una medida de flor de harina», (2 Reyes 7, 18)

  • Pero, a la mañana siguiente, Jazael tomó una manta, la empapó de agua y la apretó sobre el rostro del rey hasta que murió, y le sucedió como rey de Aram. (2 Reyes 8, 15)

  • Pero él les mandó una segunda carta, que decía: «Si son de mi partido y de los que me obedecen, tomen las cabezas de los hijos del rey, su señor, y vengan mañana a conversar conmigo a estas horas en Jezrael.» Los hijos del rey eran setenta y se criaban en las casas de las familias más importantes de la ciudad. (2 Reyes 10, 6)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina