Fondare 292 Risultati per: Mujeres

  • «gimieron los jefes y los ancianos, se desanimaron los jóvenes y las muchachas, y las mujeres se pusieron pálidas; (1 Macabeos 1, 26)

  • Llevaron cautivas a las mujeres y a los niños y se apoderaron de los ganados. (1 Macabeos 1, 32)

  • Las mujeres que, a pesar de haberse ordenado lo contrario, hacían a sus niños el rito de la circuncisión, eran muertas (1 Macabeos 1, 60)

  • llevando a sus hijos, mujeres y ganado, porque se les hacía la vida imposible. (1 Macabeos 2, 30)

  • hombres, mujeres y niños. Más de mil personas en total, además del ganado. (1 Macabeos 2, 38)

  • todos nuestros hermanos que vivían en el país de Tob han sido asesinados, sus mujeres e hijos han sido llevados cautivos, muriendo como mil hombres.» (1 Macabeos 5, 13)

  • Tomó después consigo a los judíos que había en Galilea y en Arbates, como también a sus mujeres e hijos, y todo cuanto tenían, y los llevó a Judea con gran alegría. (1 Macabeos 5, 23)

  • Judas reunió a todos los israelitas de la región de Galaad, pequeños y grandes, a sus mujeres, hijos y pertenencias, una inmensa muchedumbre, para llevarlos al país de Judea. (1 Macabeos 5, 45)

  • pero lo supieron y enviaron contra ellos un solo general que los combatió. Mataron gran número de griegos, llevaron cautivas a sus mujeres e hijos, los despojaron, sometieron el país, derribaron sus murallas y los hicieron súbditos hasta hoy. (1 Macabeos 8, 10)

  • Los habitantes con sus mujeres e hijos subieron a las murallas, se rasgaron las vestiduras y a gritos clamaban a Simón, pidiendo la paz. (1 Macabeos 13, 45)

  • Las mujeres, ceñidas de saco desde los pechos, llenaban la calle. Las más jóvenes, que no debían todavía salir a la calle, unas corrían hacia las puertas, otras subían a los muros y otras se asomaban por las ventanas. (2 Macabeos 3, 19)

  • Perecieron jóvenes y viejos; fueron asesinados hombres, mujeres y niños y pasaron por la espada tanto a niños de pecho como a muchachos. (2 Macabeos 5, 13)


“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina