Fondare 382 Risultati per: Tribu de Manasés

  • Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó durante cincuenta y cinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hepsiba. (2 Reyes 21, 1)

  • Pero no escucharon, y Manasés los llevó a hacer cosas peores que las que habían hecho las naciones que Yavé había exterminado ante los israelitas. (2 Reyes 21, 9)

  • «Manasés, rey de Judá, ha multiplicado las acciones pésimas y ha actuado peor que los mismos amorreos; ha sido causa de que también la gente de Judá pecara con sus repugnantes imágenes. (2 Reyes 21, 11)

  • Manasés derramó también sangre inocente, en tal cantidad que llenó a Jerusalén de punta a punta, además de los pecados con que hizo pecar a Judá. (2 Reyes 21, 16)

  • Lo demás referente a Manasés, todo cuanto hizo y los pecados que cometió, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 21, 17)

  • Cuando murió Manasés, lo sepultaron en el jardín de su casa, en el jardín de Uzza, y su hijo Amón reinó en su lugar. (2 Reyes 21, 18)

  • Se portó mal con Yavé, como había hecho su padre Manasés. (2 Reyes 21, 20)

  • Había altares que los reyes de Judá habían construido en el techo del palacio de Ajaz. También había altares levantados por Manasés en los dos patios de la Casa de Yavé. Josías los hizo destruir todos y reducir a polvo, y los escombros se tiraron al torrente Cedrón. (2 Reyes 23, 12)

  • A pesar de esto, Yavé no apartó el fuego de su cólera. Estaba enojado contra Judá por todo el mal que había hecho Manasés y había declarado: (2 Reyes 23, 26)

  • Todo esto ocurrió solamente por orden de Yavé. Quería arrojar al pueblo de Judá lejos de su presencia por los pecados de Manasés, (2 Reyes 24, 3)

  • éste de Ajaz, éste de Ezequías, éste de Manasés, (1 Crónicas 3, 13)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés, eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Eran 44.760, listos para la guerra. (1 Crónicas 5, 18)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina