Fondare 77 Risultati per: cedros del Líbano

  • Nosotros cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites, y la pondremos en balsas, para llevarla por mar hasta Jope; luego la llevarás de allí a Jerusalén.» (2 Crónicas 2, 15)

  • Balat y todas las ciudades de almacenamiento que le pertenecían y las ciudades de los carros y de la caballería, y todo lo que quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en todo el país de su dominio. (2 Crónicas 8, 6)

  • y trescientos escudos pequeños de oro batido, aplicando trescientos siclos de oro en cada escudo; el rey los colocó en la casa «Bosque del Líbano». (2 Crónicas 9, 16)

  • Todas las copas del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla de la casa «Bosque del Líbano» era de oro fino. Nada de plata, pues no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón. (2 Crónicas 9, 20)

  • El rey hizo que la plata fuese tan abundante en Jerusalén como las piedras, y los cedros como los sicomoros de la Tierra Baja. (2 Crónicas 9, 27)

  • Pero Joás, rey de Israel, mandó decir a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó a decir al cedro el Líbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo. Pero las bestias salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. (2 Crónicas 25, 18)

  • Dieron dinero a los que trabajaban la piedra, a los albañiles y carpinteros. También dieron alimentos, vino y aceite a los tirios para que trajeran por mar a Yafó madera de cedro del Líbano, según la autorización de Ciro, rey de Persia. (Esdras 3, 7)

  • Además, Nabucodonosor, rey de Asiria, mandó mensajeros a los habitantes de Persia y a todos los habitantes de Occidente: a los de Cilicia, Damasco, el Líbano y el Antilíbano, a todos los del litoral, (Judit 1, 7)

  • Voz del Señor: ¡ha partido los cedros! El Señor derriba los cedros del Líbano. (Salmos 29, 5)

  • Hace saltar como un novillo al Líbano, y al monte Sarón como búfalo joven. (Salmos 29, 6)

  • He visto al impío, vuelto tirano, elevarse como un cedro del Líbano. (Salmos 37, 35)

  • ¡Abundancia de trigo habrá en la tierra, que cubrirá la cima de los montes; que abunde en fruto como el Líbano, se multiplicarán como hierba de la tierra! (Salmos 72, 16)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina