Fondare 131 Risultati per: raza
y Caleb expulsó de ella a tres hijos de Enac, Sesai, Ajimán y Tolma, que habían quedado de la raza de Enac. (Josué 15, 14)
Ustedes, que son mis hermanos, de mi misma raza, ¿van a ser los últimos? (2 Samuel 19, 13)
"Bendito sea Yavé, Dios de Israel, porque hoy día me concede que uno de mi raza se siente en mi trono y que pueda yo contemplarlo con mis ojos."» (1 Reyes 1, 48)
Tampoco Judá guardó los mandamientos de Yavé, su Dios, sino que imitaron las costumbres que se practicaban en Israel. Por eso rechazó Yavé a toda la raza de Israel. (2 Reyes 17, 19)
Pues tomaron de entre ellos mujeres para sí y para sus hijos y mezclaron su raza santa con la de los habitantes de esta tierra. Incluso los jefes y magistrados fueron los primeros en cometer este pecado.» (Esdras 9, 2)
Sin embargo, somos de la misma raza que nuestros hermanos, y nuestros hijos no son diferentes a sus hijos. Pero tenemos que entregarlos como esclavos; incluso muchas de nuestras hijas son ya tratadas como concubinas. Y no tenemos otra solución, puesto que nuestros campos y viñas ya pasaron a otros.» (Nehemías 5, 5)
La raza de Israel se separó de todos los extranjeros y, puestos de pie, confesaron sus pecados y los de sus padres. (Nehemías 9, 2)
Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo de Ananías, hijo de Aduel, hijo de Gabael, de la raza de Asiel, de la tribu de Neftalí, (Tobías 1, 1)
Cuando Salmanasar aún vivía, di muchas limosnas a mis hermanos de raza, (Tobías 1, 16)
Hijo mío, guárdate de toda impureza y elige por esposa a una mujer de la raza de tus padres. No te cases con mujer extranjera, pues somos hijos de profetas. Recuerda que nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob se casaron con mujeres de su parentela y fueron bendecidos en sus hijos, de modo que su descendencia heredó la tierra. (Tobías 4, 12)
Tobit exclamó: «Que te conserves sano y salvo, hermano. No te enojes porque he querido conocer la verdad acerca de tu familia. Eres de nuestra parentela, de clase buena y honrada. Conozco a Ananías y a Natán, hijos de Semeías, el grande. Ibamos a Jerusalén y rezábamos juntos allí; ellos nunca cayeron en el error cuando se desviaron sus hermanos; tus hermanos son buenos, tu raza es noble. ¡Bien venido seas!» (Tobías 5, 14)
Tú creaste a Adán y le diste a Eva, su mujer, como ayuda y compañera, para que de los dos naciera la raza humana. Tú dijiste: No está bien que el hombre esté solo, démosle una compañera semejante a él. (Tobías 8, 6)