Fondare 549 Risultati per: Bel

  • Si la tierra que les pertenece es impura, pásense a la tierra que pertenece al Señor, donde reside su Morada, y establézcanse entre nosotros. Pero no se rebelen contra él ni nos hagan cómplices de la rebeldía de ustedes, erigiendo un altar aparte del altar del Señor, nuestro Dios. (Josué 22, 19)

  • "¡El Dios de los dioses, el Señor, lo sabe perfectamente, y que también lo sepa Israel! Si ha habido de nuestra parte rebelión contra el Señor o infidelidad hacia él, que él no nos salve en este día. (Josué 22, 22)

  • Lejos de nosotros, entonces, el deseo de rebelarnos contra el Señor o de querer apartarnos de él, erigiendo un altar para ofrecer holocaustos, oblaciones o sacrificios, fuera del altar del Señor, nuestro Dios, que está delante de su Morada". (Josué 22, 29)

  • Entonces Josué dijo al pueblo: "Ustedes no podrán servir al Señor, porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los pecados de ustedes. (Josué 24, 19)

  • "Porque en Israel van con los cabellos sueltos, porque el pueblo se ofreció voluntariamente, ¡bendigan al Señor! (Jueces 5, 2)

  • Mientras los trescientos hombres tocaban las trompetas, el Señor hizo que en todo el campamento volvieran la espada unos contra otros. La tropa huyó hasta Bet Sitá, hacia Sartán, hasta la orilla de Abel Mejolá, frente a Tabat. (Jueces 7, 22)

  • Jefté los derrotó, desde Aroer hasta cerca de Minit -eran en total veinte ciudades- y hasta Abel Queramím. Les infligió una gran derrota, y así los amonitas quedaron sometidos a los israelitas. (Jueces 11, 33)

  • Después de Jefté, juzgó a Israel Ibsán, que era de Belén. (Jueces 12, 8)

  • Cuando Ibsán murió, lo sepultaron en Belén. (Jueces 12, 10)

  • Dalila dijo a Sansón: "Hasta ahora me has estado engañando; no me has dicho más que mentiras. Vamos, dime con qué habría que atarte". Sansón le respondió: "Si entretejes las siete trenzas de mi cabellera con la urdimbre de un tejido, y las fijas con una clavija de telar, yo me debilitaría y sería como un hombre cualquiera". (Jueces 16, 13)

  • Entonces ella lo hizo dormir, entretejió las siete trenzas de su cabellera con la urdimbre de un tejido y las fijó con la clavija. Luego le gritó: "¡Sansón, los filisteos se te vienen encima!". Él se despertó de su sueño, y arrancó la clavija y el tejido. Y no se descubrió el secreto de su fuerza. (Jueces 16, 14)

  • él le abrió todo su corazón y le dijo: "La navaja no ha pasado nunca por mi cabeza, porque estoy consagrado a Dios desde el seno de mi madre. Si me cortaran el cabello, mi fuerza se apartaría de mí, me debilitaría y sería como los demás hombres." (Jueces 16, 17)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina