Fondare 62 Risultati per: Borde

  • ¡Mira, padre mío, sí, mira en mi mano el borde de tu manto! Si yo corté el borde de tu manto y no te maté, tienes que comprender que no hay en mí ni perfidia ni rebeldía, y que no he pecado contra ti. ¡Eres tú el que me acechas para quitarme la vida! (I Samuel 24, 12)

  • Debajo del borde, todo alrededor, tenía una orla de coloquíntidas -diez frutos cada medio metro- que rodeaban todo el contorno del Mar; había dos hileras de frutos, fundidos con el Mar en una sola pieza. (I Reyes 7, 24)

  • Su espesor medía un palmo, y su borde tenía forma de copa, semejante al cáliz de una azucena. Su capacidad era de unos setenta mil litros. (I Reyes 7, 26)

  • La abertura para los recipientes estaba dentro de un círculo en forma de corona, que sobresalía medio metro; la abertura era redonda, hecha en forma de zócalo, y medía setenta y cinco centímetros. También el borde de la abertura estaba adornado con figuras esculpidas. Sus paneles eran cuadrados, no redondos. (I Reyes 7, 31)

  • Luego recogió el manto que se le había caído a Elías de encima, se volvió y se detuvo al borde del Jordán. (II Reyes 2, 13)

  • También se extendían hacia el oriente, hasta el borde del desierto que limita con el río Éufrates, porque sus ganados se habían multiplicado en la tierra de Galaad. (I Crónicas 5, 9)

  • Debajo del borde, todo alrededor, había unas figuras de toros -diez cada cinco metros- que rodeaban todo el contorno del Mar; había dos hileras de toros, fundidos con el Mar en una sola pieza. (II Crónicas 4, 3)

  • Su espesor medía un palmo, y su borde tenía forma de copa, semejante al cáliz de una azucena. Su capacidad era de más de cien mil litros. (II Crónicas 4, 5)

  • Luego se abrió camino a través de Fud y de Lud, y arrasó a todos los rasitas e ismaelitas que estaban al borde del desierto, hacia el sur de Jeleón. (Judit 2, 23)

  • Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. (Salmos 1, 3)

  • Porque estoy saturado de infortunios, y mi vida está al borde del Abismo; (Salmos 88, 4)

  • Es como el óleo perfumado sobre la cabeza, que desciende por la barba -la barba de Aarón- hasta el borde de sus vestiduras. (Salmos 133, 2)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina