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En cuanto a ti, yo te constituiré, tú reinarás conforme a tus deseos y serás rey de Israel. (I Reyes 11, 37)
Así habla el Señor: No suban a combatir contra sus hermanos, los israelitas; vuelvan cada uno a su casa, porque esto ha sucedido por disposición mía". Ellos escucharon la palabra del Señor, y tomó cada uno el camino de regreso, conforme a la palabra del Señor. (I Reyes 12, 24)
El altar se resquebrajó y se desparramó la ceniza grasienta que había en él, conforme a la señal que había dado el hombre de Dios por orden del Señor. (I Reyes 13, 5)
Lo sepultaron, y todo Israel se lamentó por él, conforme a la palabra que había dicho el Señor, por medio de su servidor, el profeta Ajías. (I Reyes 14, 18)
Apenas comenzó a reinar, masacró a toda la casa de Jeroboám, hasta exterminarla, sin dejar a nadie con vida, conforme a la palabra que había dicho el Señor por medio de su servidor Ajías de Silo. (I Reyes 15, 29)
Zimrí exterminó a toda la casa de Basá, conforme a la palabra que el Señor había pronunciado contra él por medio del profeta Jehú, (I Reyes 16, 12)
En su tiempo, Jiel de Betel reconstruyó Jericó: poner los cimientos le costó la vida de Abirám, su primogénito, y asentar las puertas le costó la vida de Segub, su hijo menor, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Josué, hijo de Nun. (I Reyes 16, 34)
El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)
tomó doce piedras, conforme al número de los hijos de Jacob, a quien el Señor había dirigido su palabra, diciéndole: "Te llamarás Israel", (I Reyes 18, 31)
Y cuando lavaron el carro en el estanque de Samaría, los perros lamieron su sangre y las prostitutas se bañaron en ella, conforme a la palabra que había dicho el Señor. (I Reyes 22, 38)
El rey murió, conforme a la palabra del Señor que había pronunciado Elías. En lugar de él reinó su hermano Jorám, en el segundo año de Jorám, hijo de Josafat, rey de Judá; porque Ocozías no tenía hijos. (II Reyes 1, 17)
Y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, conforme a la palabra pronunciada por Eliseo. (II Reyes 2, 22)