Fondare 37 Risultati per: Correr

  • sacó manantiales del peñasco, hizo correr las aguas como ríos. (Salmos 78, 16)

  • el corazón que trama proyectos malignos, los pies rápidos para correr hacia el mal, (Proverbios 6, 18)

  • Así observé todas las obras que se hacen bajo el sol, y vi que todo es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 1, 14)

  • Me dediqué a conocer la sabiduría, la ciencia, la locura y la necedad, y advertí que también eso es correr tras el viento. (Eclesiastés 1, 17)

  • Pero luego dirigí mi atención a todas las obras que habían hecho mis manos y a todo el esfuerzo que me había empeñado en realizar, y vi que todo es vanidad y correr tras el viento: ¡no se obtiene ningún provecho bajo el sol! (Eclesiastés 2, 11)

  • Y llegué a detestar la vida, porque me da fastidio todo lo que se hace bajo el sol. Sí, todo es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2, 17)

  • Porque al que es de su agrado él le da sabiduría, ciencia y alegría; al pecador, en cambio, lo ocupa en amontonar y atesorar para dárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2, 26)

  • Yo vi que todo el esfuerzo y toda la eficacia de una obra no son más que rivalidad de unos contra otros. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 4, 4)

  • Más vale un puñado con tranquilidad, que las dos manos bien llenas a costa de fatigas y de correr tras el viento. (Eclesiastés 4, 6)

  • Era una multitud interminable la que él encabezaba. Pero los que vendrán después tampoco estarán contentos con él, porque también esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 4, 16)

  • Vale más lo que se ve con los ojos que lo que se imagina con el deseo. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 6, 9)

  • Ni siquiera en privado maldigas al rey, y ni en tu habitación maldigas a un rico, porque un pájaro puede hacer correr la voz y la indiscreción tiene alas. (Eclesiastés 10, 20)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina